[Reseñas] SCOTT WALKER – BISH BOSCH


Scott Walker - Bish BoschEl veterano músico Scott Walker descoloca a la par que fascina gracias a su último trabajo de estudio Bish Bosch, una obra musical sumamente desconcertante que cierra una genuina trilogía de piezas de coleccionista.

Pocas figuras hay como Scott Walker en la historia del rock en general. El tipo se ha labrado una carrera gracias a ir un paso por delante de los demás en todo aquello a lo que musicalmente ha querido meter mano. Era impensable que un tipo como Walker optara por concurrir con esta serie de sonidos para un álbum con su nombre en el reverso. Todo un ídolo teen de masas en épocas tempranas de la música moderna al que le da por hacer lo que quiere y cómo el quiere, entrado ya en edades, es un hecho al cual se le debe atribuir a mayor mérito posible. Un tipo peculiar este Scott Walker. En lo que respecta al Bish Bosch, decir que ha sido toda una sorpresa de cara a este tramo final de año, en el que todas las cartas estaban jugadas. Nunca se puede dar por sentado nada con fenómenos como Walker, y menos cuando el susodicho álbum viene antecedido por una serie de documentos ilustrativos que hacían pensar que Bish Bosch no sería un álbum más del montón. Hablamos de todas las imágenes que han acaecido en las redes oficiales del artista durante estas últimas semanas dando a entender que lo que venía era algo sin precedente alguno. Así ha sido. Y ya si vemos al bueno de Scott protagonizando la portada de la revista Wire de este mes, entonces es que realmente estamos ante algo serio. Lo de ‘serio’, entrecomillado, puesto que Bish Bosch es de todo menos serio. Es más, roza el ideal de lo absurdo, lo desfigurado. El libre albedrío y el desdén creativo son los principales estandartes de un álbum multifacético, que alberga músculo y, a la vez, cierto grado de conmoción. Bisch Bosch es un trabajo totalmente imprevisible, mucho más que los dos álbumes que lo anteceden del mismo corte (The Drift de 2006, y Tilt de 1995). La serena voz de Walker sumada a los estrambóticos juegos de oscura parafernalia instrumental subrayan una mezcla de lo más variopinta y desmedida.

En Bish Bosch hay cabida para todo tipo de registros musicales, de corrientes dispares y, en ocasiones, claramente opuestas. Empezando por el tono barítono vocal característico de Walker, que contrasta durante todo el disco en contraposición a los recursos instrumentales utilizados. Lo bizarro, en un tono casi humorístico, es lo que predomina en Bish Bosch. Sería un error intentar desmembrar el LP pista a pista, ya que lo que prevalece es el concepto. Walker se pasa por donde no le da nunca el sol la estructuración arquetípica de álbum y ofrece pistas que van desde los 2 minutos hasta los 21, sin atisbar ninguna cohesión entre ninguna de ellas. Quizá los pasajes más memorables en toda esta amalgama de ritmos desencajados, riffs torcidos, texturas industriales y arreglos de banda sonora de película de serie ‘b’, sean «Epizootics!» (tema al que se le designaron imágenes en un videoclip temático de lo más curioso), «SDSS 14+13B (Zercon, A Flagpole Sitter)» (un tema constituido por varios motivos musicales tan dispares como lo que sugiere su propio título) y «The Day The «Conducator» Died (Xmas Song)» (la particular forma de ver los villancicos de Walker).  Algunos pasajes de Bish Bosch dejan al oyente tan exhausto como fascinado por su inverosimilitud. Tras todos esos parámetros musicales establecidos bajo un criterio low-cost, reside ciertos cánones armónicos que salen a relucir de un modo subrepticio. En cuanto a la letras…qué decir. Podríamos estar hablando sobre unos genuinos recursos retórico-alegóricos ejecutados de manera punzante y mordaz. Pero no. Yo diría que Walker dice lo que le apetece cuando le apetece, a veces hasta de un modo hiriente, aunque nunca carente de ironía. La pregunta que nos debemos hacer es, ¿de verdad nos podemos tomar en serio un álbum como Bish Bosch?¿O es todo una tomadura de pelo por parte del veterano músico?. Yo diría que un poco de cada cosa, en cualquier caso. Eso sí, la riqueza instrumental hallada en cada uno de los tracks del álbum es un hecho innegable.

Catorce álbumes de estudio en solitario, más toda una obra detrás de bandas como The Walker Brothers, y Scott Walker es todavía, a día de hoy, capaz de sorprender. Es una virtud al alcance de muy pocos. Bish Bosch era esa imperfecta joya que estaba pidiendo a gritos salir a la luz tras años de meticulosa labor por parte de un curtido alquimista encerrado en su torre, fuera del alcance de las tendencias. Scott Walker nos gasta a todos una broma, su gran broma. A la edad de 69 años, Walker ha sido capaz de cosechar un disco que más bien pasaría por una obra avant-garde de acentuada des-estructuración antes que por un álbum compuesta por una serie de temas guardando una cordialidad mutua. Bish Bosch es cualquier cosa menos eso. El longevo Scott pone a prueba al colectivo musical lanzando un álbum que aparentemente no tiene ni pies ni cabeza. Los esfuerzos de Walker por sacar adelante un álbum tan sofisticado como incoherente dan sus frutos a lo grande. Estamos ante un álbum extraño. No hay otra palabra para definirlo. Y por eso nos encanta.

BISH BOSCH

– Discográfica: 4AD

– Duración: 72′

– Géneros: avant-garde, experimental, art rock.

– Temas destacados: «‘See You Don’t Bump His Head'», «Corps de Blah», «SDSS 14+13B (Zercon, A Flagpole Sitter)», «Epizootics!», «Tar», «The Day The «Conducator» Died (A Xmas Song)».

– Nota NR:

90

 

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